miércoles, 14 de mayo de 2008

Acercarme a la Espiritualidad: mi vivencia personal



Siempre se aprende del murmullo de otras vivencias, de otras personas que al igual que nosotros en su condición humana luchan día a día contra muchos obstáculos...Pero que a diferencia de muchos otros, han aprendido a ver en los obstáculos sus pruebas dónde templan lo aprendido en el transcurso de sus vidas. Trancribo textual este artículo del blogs de un amigo, pretendiendo junto a él murmurar que la Vida esta para ser vivida como los Guerreros de nuestra propia existencia.
María Lasalete Marques

"Es difícil teorizar y fundar en conceptos el tema de la Espiritualidad. Se necesita una preparación que yo no tengo. Sólo me es posible hablar sobre mi propia vivencia con lo espiritual y mucho de lo que puedo decir proviene de la tradición cristiana en la cual fui formado.
Lo que sí puedo decir es que acercarse a la espiritualidad nos conecta con la Esperanza, con el Sentido de la Vida con el futuro. También puedo decir que alejarse de aquello en que se cree no es lo mismo que estar cerca de esas convicciones personales.
Como muchos, fui criado en un colegio de curas, con todo lo que ello implica en términos de los ritos propios del catolicismo y sus formas. No obstante en esa época Dios era para mi alguien que regia mi vida y que aplicaba sanciones positivas o negativas según cual fuese mi comportamiento. Por lo tanto para estar cerca de Dios yo debía ante todo hacer méritos. De lo contrario me exponía al castigo. Y entonces debía pedir perdón para ser liberado de la culpa.
Ese Dios era además un Dios lejano. Allá arriba en la cruz en la Iglesia a la cual asistía. Cristo sufriente por mi culpa como lo veía en cada semana santa que representaba el sumun de la culpabilidad. Sólo la resurrección era un alivio. También estaba el Jesús niño que se presentaba en el pesebre de cada navidad, aunque confieso que mi interés máximo iba más bien por el lado de si llegaría el regalo que tanto ansiaba.
La Universidad me alejó de ese mundo. La política se convirtió en el motor en los años 70 de la Unidad Popular de Allende. Apareció la teología de la liberación donde se me presentó un Cristo revolucionario comprometido con los pobres. . Duro hasta el trágico día que quebró la historia del país.
Pasaron 10 años donde viví la cercanía con la Iglesia que defendía a los perseguidos. Pero fue un período breve donde iba a misa más que nada a estar con mis compañeros y vivir un espacio de libertad, tan restringida por la dictadura. Todo eso se terminó de pronto para mi, me alejé y por muchos años fui un ser sin vivencia espiritual, vacío, sólo interesado en la lucha por ganar plata y aterrado de ser descubierto por mi mi pasado militante. Vinieron además mis dos hijos y la búsqueda porque ellos tuvieran la mejor educación posible para velar por su futuro y darles todo lo que necesitaban.
En ese vacío en donde sólo importaba mi sobre vivencia y la de mi familia un buen día viajé a Europa y sólo entonces descubrí lo que había pasado en mi país. Re-conocí la libertad leí muchísimo intentando despertar mi mente anestesiada hasta ese entonces. Fue ahí cuando me di cuenta que vivía una vida personal vacía sin espacio para la esperanza salvo la de ver crecer bien a mis hijos.
Un día me llamó mi amigo Felipe, poco tiempo después de regresar. Me invitó aun encuentro un fin de semana. Hice ahí dos descubrimientos que fueron claves en mi vida: uno la música como medio de acercarse a Dios. En todos estos años la guitarra había sido una compañera silenciosa desde los 12 años. Abandonada después de la universidad y ahora en ese grupo me reencontraba con esa habilidad de tocar guitarra con un sentido. Fue la guitarra quien comenzó a acercarme a Dios.
El segundo descubrimiento, sorpresivo, casi como emboscada fue encontrarme cara a cara con Jesús. De pronto se me presenta este hombre y me dice date cuenta he estado aquí a tu lado toda la vida…si…a tu lado, contigo siguiéndote paso a paso. Te he llevado en andas cuando no podías caminar asustado. Cuando mirabas la cruz, cuando te escondías por el peso de la conciencia, yo me escondía contigo y esperaba. Aquí estoy te amo desde que naciste y jamás te abandonaré.
Recuerdo aún el estado de mareo en el viaje de regreso desde el encuentro. Dios me amaba con todo, con mis debilidades, virtudes defectos….como un Padre ama a su hijo.
Desde entonces quedé marcado para siempre. En el camino hasta acá he tenido miles de tropiezos, miles de veces de esconder la cabeza. Pero El siempre se las arregla para volverme a levantar y volver a ponerme en camino. Ahora, con esta enfermedad que vivo ha vuelto a hacerlo, me vuelve a revivir y a dar fuerzas y esperanzas de que es posible salir de esto y vivirlo como un aprendizaje con su guía. Todo lo que he escrito antes en este blog esta conectado con esta vivencia que es motor de mi vida, esta vez un motor que nace de mi mismo, de Dios presente en mí, en ti en cada uno. Sin esto no sé si sería posible la sanación por mí mismo. No creo.
Por años he estado ligado a esta vivencia de diferentes formas, la más importante la participación en una comunidad de laicos comprometidos con un mundo más humano más lleno de esperanza. Y una comunidad de amigos desde la época lejana de los años 70 que aún nos juntamos a compartir la vida.
Hubo otro hito importante cuando ya llevaba quince años participando en esta vivencia cristiana. A través de otros amigos (tendré que escribir algo sobre la amistad, no hay caso) hice un curso de coaching ontológico, formación que ha marcado muchísimo mi vida y especialmente mi mundo laboral porque permitió conectar la vivencia interior que he relatado con el mundo concreto del día a día laboral.
Tuve la suerte en ese curso de tener un supervisor ateo absoluto, compañeros de estudio de tradiciones espirituales diferentes de la mía, visiones del mundo distintas del cristianismo. Aprendí sobre la belleza del respeto entre los hombres. Nadie nunca me trató de convencer de nada, y pude hablar estudiar, aprender desde mi propia vivencia. Fue uno de los momentos más fascinantes de mi vida. El mundo se amplió enormemente. Descubrí que mis compañeros judíos, otros practicantes del budismo zen, tarotistas, estudiosos de culturas ancestrales, seguidores de gurúes y otros eran personas que amaban la vida y al fin, todos buscábamos la dignidad del hombre, su felicidad, su esperanza…..todos buscábamos el amor. Con distintos idiomas. Con diferentes formas de vivir la vida pero todas inspiradas en un profundo respeto por el otro.
Contrariamente a lo que se podría suponer mi visión de Dios se profundizó más que nunca. Me sentí nuevamente reconvertido por él. Me dio el don de la tolerancia de aceptar que El tiene muchos Rostros muchos nombres con los cuales nos habla a cada quien según su medida y su cultura. Aprendí a amar a Dios Creador de la Vida, su Humanidad y me ha ido enseñando en los últimos años poco a poco acerca de la humildad, como fuente de paz.
No soy perfecto. He seguido cometiendo errores. Seguramente seguirá siendo así. Pero aprendo día a día a que equivocarme es la posibilidad de dar gracias por ser simplemente humano. Lleno de temores, limitaciones pero capaz de amar un poco más cada día.
Este será el primer paso para aceptarme tal como soy, tal como Dios me ama y entonces podré entrar en el proceso de mirarme al espejo y con una sonrisa poder decir….me perdono.
Las historias son personales. Las vivencias son personales. Esta no es más que la mía. Hay muchas otras de hombres buenos llenos de amor por los demás que se expresan a través de otras espiritualidades: mis muy queridos amigos masones, (ellos saben a quienes me refiero por el gran amor que les tengo) mis amigos que miran el mundo desde la biología con pasión y que buscan cada día el bienestar del hombre; mis amigos coaches Juan, Julio, Maricarmen, Leo,más recientemente Ricardo, que tanto bien nos hacen acompañándonos y mostrándonos nuevas posibilidades. Mi jefe que conociéndome poco me regala paz y tranquilidad en relación a mi trabajo de una forma llena de cariño y amistad.Y mi sin par amigo Wilson Araya qe tanto bien me hace en estos dias.
Y además están mis amigos del mundo cristiano que me regalan tanto cariño y amor concreto: mis primos del club cóndor siempre presentes cuando se necesita; mis queridos hermanos de la comunidad que contribuimos a formar en la maravillosa e inolvidable Colombia; Mi Fondacio querida que me tendió la mano en aquel encuentro tan significativo y que es mi punto de conexión más fuerte con la Iglesia que tanto me ha costado amar; mi tan querida comunidad chica de más de 30 años, donde el gesto de amor más fuerte es el momento en que entre todos discutimos de cómo enfrentar la vida y los problemas de uno y que jamás dejaré de reunir, en lo que a mi toca, hasta que seamos viejos gagá..
Una expresión de amor increíble de la cual disfruto en estos tiempos de caminar por los desfiladeros difíciles de la situación de salud que vivo.
Finalmente a mi más reciente pero no menos querido amigo, Benito un sacerdote que me acompaña en mi proceso y me hace un regalo de incalculable valor para mi vida, mostrando su amor de una forma tan concreta
A todos y a muchos más….gracias.
Que la paz sea con ustedes…que la Vida se levante por todas partes
Bueno…..esto que he vivido es para mi acercarme a la Espiritualidad que me alimenta en estos procesos."
Escrito por: Carlos Cohl

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Quienes dejan Huella día a día con su presencia....

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