viernes, 20 de junio de 2008

Nos ayudan a pensar en otros Ocasos....


SUEÑOS DE SEMILLA

De "Cuentos para Pensar"
En el silencio de mi reflexión
percibo todo mi mundo interno
como si fuera una semilla,
de alguna manera pequeña e insignificante
pero también pletórica de potencialidades.

...Y veo en sus entrañas
el germen de un árbol
de mi propia vida
en proceso de desarrollo.

En su pequeñez, cada semilla contiene
el espíritu del árbol que será después.

Cada semilla sabe cómo transformarse en árbol
Cayendo en tierra fértil,
absorbiendo los jugos que la alimentan,
expandiendo las ramas y el follaje,
llenándose de flores y frutos,
para poder dar lo que tienen que dar.

Cada semilla sabe
cómo llegar a ser árbol.
Y tantas son las semillas
como son los sueños secretos.

Dentro de nosotros, innumerables sueños
esperan el tiempo de germinar, echar raíces y darse a luz,
morir como semillas...
para convertirse en árboles.

Árboles magníficos y orgullosos
que a su vez nos digan, en su solidez,
que oigamos nuestra voz interior,
que escuchemos
la sabiduría de nuestros sueños semilla.

Ellos, los sueños, indican el camino
con símbolos y señales de toda clase,
en cada hecho, en cada momento,
entre las cosas y entre las cosas y las personas,
en los dolores y en los placeres,
en los triunfos y en los fracasos.

Lo soñado, nos enseña, dormidos o despiertos,
a vernos,
a escucharnos,
a darnos cuenta.
Nos muestra el rumbo en presentimientos huidizos
o en relámpagos de lucidez enceguecedora.

Así crecemos,
nos desarrollamos,
evolucionamos...

Y un día, mientras transitamos
este eterno presente que llamamos vida,
las semillas de nuestros sueños
se transformarán en árboles,
y desplegarán sus ramas
que, como alas gigantescas,
cruzarán el cielo,
uniendo un solo trazo
nuestro pasado y nuestro futuro.

Nada hay que temer,
...una sabiduría interior las acompaña...
porque cada semilla sabe...
como llegar a ser árbol.

Jorge Bucay

Creo que como dice Jorge Bucay, somos semillas que llevamos en nuestro interior nuestra razón de Ser.

Vamos alimentando y creciendo en el interior, para luego Ser el árbol preciso. Algo curioso sucede con la semilla del bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad,no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.

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