Retomar las ideas que un día surgieron en aquellas arenas de una playa desierta
levemente renunciada ante un sol leve, apenas oculto por la ligera bruma de mar.
Recorrer la Foz del Duero, entre las dunas y bancos de arena, surcando las rocas
Repletas de moluscos, mientras mis ideas vagan en un ir y venir del tiempo
Sentarme entre gaviotas y mirar al cielo, para apenas pensar esas pequeñeces de la vida
Que no pesan en la espalda del tiempo, ni en las mías.
Erizarme ante el fresco sopor del viento, cuando apenas el cuerpo calienta
Y la humedad del mar nos hace notar que existe el aire frío.
Enmudecer el deseo de hablar, para oír el bramar del mar, el canto de las rocas
el sonido de las olas cuando mueren en la arena.
Abrazar la certidumbre de saber del mañana, antever el destino el paso del tiempo
Soñar con la libertad inmersa en ella, desafiando las trabas que voy construyendo
con los miedos.
Caminar entre las rocas, sintiendo el orvallo del mar cuando revienta en la ensenada.
Sentir su fuerza, llenarme de su esencia, respirar profundo visionar la vida
Tan simple como la simpleza del niño que juega en la arena sin miedo a las tormentas.
miércoles, 5 de agosto de 2009
En esa arena reposa mi tiempo
Escrito por María Lasalete Marques en 21:01
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