viernes, 27 de noviembre de 2015
Escrito por María Lasalete Marques en 11:50 0 comentarios
lunes, 20 de diciembre de 2010
sábado, 11 de diciembre de 2010
Apenas el elipsis
Creo que la poesía se alimenta
de las penas y tristezas de quienes las escriben.
Ese sentimiento que nos hace susurrar pensamientos y deseos
que solo el alma conoce de su génesis,
esos recuerdos que alimentan el vacío
Sin razones aparentes desvanece la realidad
que siempre tacita se alimento de los sueños.
Y tornamos al círculo perenne de días
que marcados por el tedio vuelven la atmosfera enrarecida.
La poesía surge de ese desvendar de verdades
que se mantuvieron herméticas sin aflorar al exterior,
las ausencias logran que los murmullos
Adquieran forma, sonido,
un aglutinar de frases envueltas de evocación
Siento que en vaivén del tiempo algo nos mueve a la ignición,
impulsándonos a logros solo posibles en vivencias solitarias.
Me miro y veo que las raíces se profundizan en un jardín
que el invierno a invernado,
me siento con el alma enrarecida a un estar sin querer estar
trato de entender el porque la llama calcino el leño
porque las miradas se distancia en el devenir de los días.
Es como haber encontrado alguien que simplemente quería compañía
Y al tenerla se plegó al deleite, dejo de haber el éxtasis,
el detalle,el elipsis cubrió los diálogos.
Escrito por María Lasalete Marques en 11:24 0 comentarios
miércoles, 8 de septiembre de 2010
EL HUEVO Y LOS GRANDES IDEALES
EL HUEVO Y LOS GRANDES IDEALES
Contó el Admor de Zanz que había una vez una mujer muy pobre que lo único que tenía era un huevo. Era su única pertenencia. Y esta mujer dijo: - Ya sé lo que voy a hacer. No me voy a comer el huevo, lo voy a colocar debajo de la gallina de mi vecina y voy a esperar que nazca un pollito y a este pollito tampoco lo voy a comer, voy a esperar a que comience a dar huevos y a estos huevos los voy a poner debajo de la gallina y voy a esperar que nazcan nuevos pollitos y cuando tenga muchos pollos los voy a vender y voy a comprar una vaca y a esta vaca tampoco la voy a comer, voy a dejar que tenga terneritos y a estos terneritos los voy a criar para que tengan otros terneritos y así voy a poder enriquecerme. Estaba tan entusiasmada pensando todo lo que iba a hacer con el huevo, que de tanto entusiasmo se cayó el huevo y se rompió.
Hasta aquí el cuento. Muchas veces nos entusiasmamos y comenzamos a imaginar la realización de grandes acciones, olvidándonos de prestar atención a los pequeños detalles de los cuales depende su concretización.
En la medida en que nos planteemos cotidianamente pequeños cambios y los concreticemos, poco a poco nos daremos cuenta que radica en ellos el verdadero Éxito de aquello que queremos realizar.
En la medida en que seamos más realistas y nos concentremos en las cosas concretas podremos poco a poco comenzar a mejorar de verdad nuestro mundo y el mundo de aquellas personas cercanas que nos rodean.
Escrito por María Lasalete Marques en 7:44 0 comentarios